Rev. Fac. Agron. (LUZ). 1998, 15: 571-582 Diagnostico y variaciones temporales de macronutrientes en tres suelos con cobertura de bosque natural en la cuenca del lago de Maracaibo. Carbono y nitrogeno orgánico1Diagnostic and temporal variations in macronutrients in three soils with natural forest cover in the lake Maracaibo basin. Carbon and organic nitrogen Recibido el 06-02-1998lAceptado el
19-06-1998
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Muestreo | El Laberinto | El Guayabo | La Yolanda |
1 | 23-04-93 | 30-04-93 | 07-05-93 |
2 | 04-06-93 | 11-06-93 | 18-06-93 |
3 | 16-07-93 | 23-07-93 | 30-07-93 |
4 | 27-08-93 | 03-09-93 | 10-09-93 |
5 | 08-10-93 | 15-10-93 | 22-10-93 |
6 | 19-11-93 | 26-11-93 | 03-12-93 |
7 | 31-12-93 | 07-01-94 | 14-01-94 |
8 | 11-02-94 | 18-02-94 | 25-02-94 |
9 | 25-03-94 | 01-04-94 | 08-04-94 |
10 | 06-05-94 | 13-05-94 | 20-05-94 |
dividida entre cien; posteriormente, para la elaboración de los cuadros se transformaron nuevamente a sus valores en porcentaje. Se utilizó para el procesamiento estadístico de los datos el Sistema de Análisis Estadístico SAS (11).
Aunque varios de los efectos medidos se ajustaron al modelo utilizado, para los fines de la presente publicación, solo se han tomado los referidos a la variable contenido de carbono orgánico en los suelos con cobertura de bosque natural.
Los resultados que se presentan para cada una de las zonas consideradas, El Laberinto, El Guayabo y La Yolanda, corresponden a suelos con cobertura vegetal de bosque, sin ningún tipo de intervención o manejo para la producción agrícola o pecuaria.
En el cuadro 2 se presentan los valores promedio del carbono y nitrógeno orgánico del suelo con cobertura de bosque en El Laberinto expresados en gramos de carbono orgánico por kilogramo de suelo (g CO kg-1 s). Los mismos fluctúan entre 1,67 y 0,08 g kg-1 s los más bajos, y, 7,51 y 0,38 g kg-1 s como los más altos respectivamente, correspondientes con el noveno y quinto muestreo realizados. Entre el tercero y octavo muestreo, los valores se mantuvieron consistentemente más altos; solo en el segundo y noveno muestreo se registraron valores por debajo de 4,00 g kg-1 s. Estadísticamente no se detectaron diferencias significativas entre las medias de los muestreos segundo, tercero y cuarto; entre las medias de los muestreos quinto, sexto, séptimo y octavo, ni entre las medias de los muestreos décimo y primero. La media del muestreo noveno resultó ser significativamente diferente del resto de las medias de todos los muestreos. La media más baja de todos los diez muestreos realizados, correspondiente al noveno muestreo, representó aproximadamente el 22 % de la media del quinto muestreo, que resultó ser la más alta.
Cuadro 2. Contenidos de carbono orgánico (CO) y nitrógeno orgánico (calculado) en suelos con cobertura vegetal de bosque en El Laberinto, El Guayabo y La Yolanda por muestreo, expresados en g CO kg-1 s.
Muestreos | El Laberinto | El Guayabo | La Yolanda | |||
1 | 5,42cde | 0,27 | 17,25a | 0,87 | 5,40a | 0,27 |
2 | 3,55b | 0,18 | 18,69ab | 0,94 | 7,64abc | 0,38 |
3 | 4,17bc | 0,21 | 16,26a | 0,82 | 12,57d | 0,63 |
4 | 4,55bcd | 0,23 | 17,53a | 0,88 | 11,38d | 0,57 |
5 | 7,51f | 0,38 | 15,42a | 0,77 | 9,98cd | 0,50 |
6 | 6,48ef | 0,33 | 37,16c | 1,86 | 5,81a | 0,29 |
7 | 6,87ef | 0,35 | 18,02a | 0,90 | 12,03d | 0,60 |
8 | 6,09def | 0,31 | 24,11b | 1,20 | 9,29bcd | 0,46 |
9 | 1,67a | 0,08 | 15,53a | 0,78 | 9,29bcd | 0,46 |
10 | 5,52cde | 0,28 | 18,97ab | 0,95 | 6,88ab | 0,35 |
a, b, c, d, e: Valores con igual letra son estadísticamente no significativos.
En la figura 1 se presentan los valores obtenidos de carbono orgánico (CO) en El Laberinto y su distribución durante el periodo de muestreo. Los valores descienden entre el primero y segundo muestreos, tomados en abril y junio de 1993. Progresivamente estos valores se incrementan hasta el cuarto muestreo en septiembre y se mantienen hasta el octavo, en febrero de 1994, a partir del cual descienden hasta el mínimo valor registrado en el muestreo noveno, en marzo de 1994. Al analizar estos resultados en función de la distribución de la precipitación (figura 1) correspondiente a El Laberinto durante todo el periodo de muestreos, entre marzo de 1993 y mayo de 1994, se observa que aún cuando la precipitación registrada entre marzo y abril de 1993 es superior a los 200 mm, la misma desciende a valores menores de 50 mm entre junio y julio, fechas de los muestreos segundo y tercero, cuyos valores de carbono orgánico disminuyeron.
Así mismo, la ausencia de precipitaciones entre enero y marzo de 1994 corresponde con el más bajo valor registrado en el muestreo noveno. Las precipitaciones registradas entre agosto y diciembre de 1993 superiores a 50 mm durante el periodo, son a su vez correspondientes con los más altos valores registrados de carbono orgánico en el quinto, sexto, séptimo y octavo muestreos, realizados en octubre, noviembre, diciembre de 1993, y febrero de 1994.
Figura 1. Carbono orgánico y precipitación en suelos con cobertura vegetal natural no intervenidos de la zona de El Laberinto desde abril de 1993 hasta mayo de 1994.
Para El Guayabo, los datos del cuadro 2 muestran, que los valores más bajos para ambos, carbono y nitrógeno orgánico, se presentaron en el quinto muestreo, con 15,42 y 0,77 g/kg respectivamente. A su vez, los más altos correspondieron al muestreo sexto, con 37,16 y 1,86 g/kg de carbono y nitrógeno orgánico. Los promedios obtenidos para El Guayabo revelan una distribución bastante uniforme del carbono y nitrógeno orgánico durante el periodo de muestreo, excepto por los resultados de los muestreos sexto y octavo, cuyos valores superan 2,4 y 1,6 veces respectivamente, el valor de la media más baja registrada en el quinto muestreo, cuyo valor fue aproximadamente el 41% del valor de la media más alta, en el sexto muestreo.
La figura 2 muestra la distribución de los valores de carbono orgánico durante el periodo de muestreos para El Guayabo. Aún cuando las variaciones son pequeñas entre los valores registrados en los primeros muestreos, realizados entre abril y octubre de 1993, se aprecian ligeros incrementos y descensos entre el primero y quinto muestreos, este último, el más bajo registrado, representa aproximadamente el 83% del más alto valor del mismo periodo. Entre el sexto y octavo muestreos, correspondientes a los meses de noviembre y diciembre de 1993 y febrero de 1994, los valores registrados de carbono orgánico se incrementan, disminuyendo nuevamente en el noveno muestreo, realizado en marzo de 1994.
Figura 2. Carbono orgánico y precipitación en suelos con cobertura vegetal natural no intervenidos de la zona de El Guayabo desde marzo de 1993 hasta mayo de 1994.
En la figura 2 se presenta la distribución de las precipitaciones registradas durante el periodo de muestreos para la zona de El Guayabo, en la cual se observa que las mismas se mantuvieron por encima de 100 mm entre los meses de abril a junio de 1993, periodo en el cual se realizaron los dos primeros muestreos, cuyos valores difieren apenas en un 14% aproximadamente. La precipitación se incrementa a partir de Setiembre, manteniéndose sobre los 100 mm entre ese mes y diciembre, cuando se realizaron los muestreos cuarto, quinto, sexto y séptimo. En el mes de octubre de 1993, fecha de realización del quinto muestreo, cuando resultó el más bajo valor de carbono orgánico, la precipitación descendió en relación al mes de septiembre en aproximadamente 100 mm, sin embargo superior a la registrada para los meses precedentes, cuando los valores de carbono orgánico resultaron ser mayores.
El muestreo sexto, en noviembre de 1993, presentó el más alto contenido de carbono orgánico en el suelo, coincidiendo con el mes de más alta precipitación para El Guayabo. La precipitación descendió hasta febrero de 1994 por debajo de 50 mm; sin embargo el muestreo noveno, en marzo de 1994, presentó un valor de carbono orgánico menor que el del octavo, realizado en febrero de 1994.
En el cuadro 1, para los contenidos de carbono y nitrógeno orgánico en el suelo con cobertura de bosque en La Yolanda, puede observarse que varían entre 5,40 y 0,27 g kg-1 s los más bajos; y 12,57 y 0,61 g kg-1 s como los más altos, en el primero y tercer periodo de muestreo respectivamente. Los resultados muestran que los más bajos contenidos tanto de carbono como de nitrógeno orgánico correspondieron a los muestreos primero, segundo sexto y décimo; en promedio, 49 % aproximadamente por debajo del mayor valor registrado en el tercer muestreo. Los muestreos tercero, cuarto, quinto, séptimo, octavo y noveno no mostraron diferencias significativas. En la Yolanda, el valor de la media más baja registrada fue aproximadamente el 43% del valor de la media correspondiente al más alto registrado en el tercer muestreo.
La figura 3 muestra los contenidos y distribución del carbono orgánico en La Yolanda. Se observa que los mismos se incrementan a partir del segundo muestreo realizado en junio de 1993, manteniéndose relativamente altos hasta el quinto en octubre del mismo año; desciende en el sexto muestreo en diciembre, y se incrementa nuevamente en el séptimo realizado en enero de 1994, para nuevamente descender ligeramente en el octavo, noveno y décimo muestreos, correspondientes con los meses de febrero, abril y mayo de 1994.
En cuanto a las precipitaciones registradas durante el periodo de muestreos para La Yolanda (figura 3) las mismas se mantuvieron sobre los 100 mm desde abril hasta noviembre de 1993, periodo durante el cual los valores de carbono orgánico fueron altos, en los muestreos segundo al quinto. A partir de diciembre de 1993 hasta marzo de 1994, las precipitaciones descendieron sensiblemente, inferiores a 50 mm en enero y febrero de 1994, periodo en el que de igual manera los muestreos sexto y décimo mostraron bajos valores de carbono orgánico, aunque los muestreos séptimo, octavo y noveno tuvieron valores relativamente altos, en enero, febrero y abril de 1994, periodo con relativamente bajas precipitaciones.
Figura 3. Carbono orgánico y precipitación en suelos con cobertura vegetal natural no intervenidos de la zona de La Yolanda desde marzo de 1993 hasta mayo de 1994.
Doran y Parkin, citados por Kennedy y Papendick (4) definen la calidad de suelo como "la capacidad que tiene para funcionar dentro de los límites de los ecosistemas para sostener la productividad biológica, mantener la calidad ambiental, y promover la salud de plantas y animales". Los mismos autores indican que entre otros, el carbono orgánico es uno de los más importantes indicadores microbiales de la calidad del suelo, el cual es un concepto emergente que puede integrar medidas descriptivas y analíticas de los componentes físicos, químicos y biológicos del suelo; donde los parámetros microbiales pueden ser buenos indicadores del peligro de cambios de la calidad del suelo.
En los resultados precedentes se ha presentado un diagnóstico del estado del carbono orgánico en tres suelos de la cuenca del Lago de Maracaibo, que difieren ecológicamente, particularmente en la condición de suelo y el régimen pluviométrico. En El Laberinto, los suelos son predominantemente de textura gruesa; los de El Guayabo de texturas finas, y de textura mediana los de La Yolanda. Se puede concluir señalando que los más altos índices de carbono orgánico correspondieron con la zona de suelos con textura fina y elevada precipitación, y los más bajos en la zona de El Laberinto con texturas gruesas y moderada a baja precipitación. En las tres zonas consideradas, la variación de los contenidos de carbono orgánico del suelo, fue generalmente mayor para los periodos de más alta precipitación durante los diez muestreos realizados. Tales resultados se explicarían, si se considera que mientras el bosque natural de El Laberinto es un bosque caducifolio, de estructura simple, en comparación con el de El Guayabo, más denso y siempreverde, los aportes de material orgánico vegetal al suelo son mayores en esta última zona. La consideración de esta información sobre los contenidos de carbono orgánico como punto de referencia para analizar la calidad del suelo, es de importancia en la planificación de prácticas de manejo, establecimiento de cultivos y fundamentalmente en la sostenibilidad del suelo y los ecosistemas (8).
Se considera que este diagnóstico realizado durante diez muestreos cubriendo un periodo de un ciclo, debería prolongarse por un tiempo mayor, cinco ciclos como mínimo, a objeto de resumir el comportamiento del carbono orgánico en los suelos en su estado natural, que permita una confirmación más precisa de sus niveles y variaciones en función de las condiciones ecológicas y los aportes de materiales orgánicos. Con esta información disponible la planificación en el uso y recuperación de suelos estaría basada en la realidad física, química y biológica del suelo.
Los autores quieren dejar expreso agradecimiento al Profesor Alonso del Villar, por su valiosa colaboración en el procesamiento computarizado de la información, cuya ayuda y tiempo dedicado, ha sido invalorable para la organización y ajuste de los datos obtenidos.
1. Arrouays, D., J. Balesdent, A. Mariotti and C. Girardin. 1995. Modelling organic turnover in cleared temperate forest soils converted to meize cropping by using 13C natural abundance measurements. Plant and Soils 173 : 191-196
2. Ewel, J. J., A. Madriz y V. A. Tossi. 1976. Zonas de Vida de Venezuela. MAC. Caracas, Venezuela.
3. Gebhart, D. L., H. B. Johnson, H. S. Mayeux and H. W. Polley. 1994. The CRP increases soil organic carbon. Journal of Soil and Water Conservation 49(5): 488-492
4. Kennedy, A. C. and R. J. Papendick. 1995. Microbial characteristics of soil quality. Journal of Soil and Water Conservation 50(3): 243-248
5. Liang, B.C. and A. F. Mackenzie. 1992. Changes in soil organic carbon and nitrogen after six years of corn production. Soil Science 153(4): 307-313
6. Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales Renovables. Registros Climatológicos 1993-1994. Maracaibo, Venezuela. 1994
7. Potter, K. N., O. R. Jones, H. A. Torbert and P. W. Unger. 1997. Crop rotation and tillage effects on organic carbon sequestration in the semiarid southrn great plains. Soil Science 162(2): 140-147
8. Prasad, P., S. Basu and N. Behera. 1994. A comparative account of the microbiological characteristics of soil under natural forest, grassland and crop field from Eastern India. Plant and Soil 175: 85-91
9. Reicosky, D. C., W. D. Kemper, G. W. Langdale, C. L. Douglas Jr. and P. E. Rasmussen. 1995. Soil organic matter changes resulting from tillage and biomass production. Journal of Soil and Water Conservation 50(3): 229-236
10. Roming, D., M. J. Garlynd, R. F. Harris and K. McSweeney. 1995. How farmers assess soil health and quality. Journal of Soil and Water Conservation 50(3): 229-236
11. SAS Institute, Inc. 1985. SAS User´s guide: Statistics. 5th edition. SAS Inst., Inc., Cary, NC.
12. Warkenting, B. P. 1995. The changing concept of soil quality. Journal of Soil and Water Conservation 50 (3) : 226-228