Rev. Fac. Agron. (LUZ). 1999, 16: 651-662
Actividad del cuerpo lúteo y fertilidad en vacas Carora
Activity of the corpus luteum and fertility in Carora cows
Recibido el 18-06-1997 l Aceptado
el 15-09-1997
1. Decanato de Ciencias Veterinarias, Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado "UCLA". Apartado 846. Barquisimeto. Venezuela.
H. Leyva-Ocariz1
Resumen
Se evaluaron los efectos de las estaciones de sequía (S) y de lluvias
(LL) sobre las relaciones entre la la fertilidad, y la actividad del cuerpo lúteo
después del primer servicio (49 ± 6 d posparto) en vacas tipo Carora en el estado Lara,
Venezuela. Las vacas fueron agrupadas retrospectivamente de acuerdo a su estado de
preñez. Se utilizó un modelo de parcelas divididas con medidas repetidas sobre los días
5, 7, 10, 14 y 15 después de la in-seminación, para analizar los efectos de la
estación, estado de preñez y sus interacciones involucrando el día sobre : 1)
concentraciones séricas de progesterona en 4 tratamientos: vacas preñadas LL (n =26), no
preñadas LL (n=24), preñadas S (n=24) y no preñadas S (n= 20); La fertilidad durante la
estación de sequía disminuyó Rata de concepción al primer servicio disminuyó ( P<0,05 y aumentó los días en servicio (P<0,01). Además, la estación de sequía
disminuyó (P<0,05) los porcentajes de vacas con intervalos interestruales normales
(20-22 d), expresión del estro, y (P<0,01) progesterona de la fase luteal; pero S
aumentó (P<0,05) los porcentajes de ciclos estruales cortos y largos, estros
anovulatorios y de vacas repetidoras. La concentración sérica promedio de progesterona
fue más baja (P<0,05) en los días 10, 14, y 15 en las vacas no preñadas S y
preñadas S, y más bajas durante la la fase luteal (P<0,05) en las vacas no preñadas
S que en las vacas no preñadas LL. Las concentraciones séricas de cortisol fueron
mayores (P<0,05) en los días 10,14 y 16 en las vacas no preñadas S que en las vacas
preñadas S. Se encontró una correlación negativa (r = -0,78) significativa (P<0,05) entre las concentraciones séricas de progesterona y cortisol dentro de las
vacas no preñadas S. Los resultados indican que las concentraciones elevadas de cortisol
asociadas con la estación de sequía pudieran disminuir la progesterona secretada por el
cuerpo lúteo y por consiguiente mediar el efecto negativo de la estación de sequía
sobre la fertilidadad.Se presentan y discuten otros resultados de distintos experimentos.
Palabras clave: cuerpo lúteo, época seca, fertilidad, vacas lecheras.
Abstract
Effects of dry (S) and rainy (LL) seasons on the relationship between
fertility and luteal mass activity after the first service (49+/- 6 days after birth) were
evaluated in Carora cows in Venezuela. The cows were grouped retrospectively according to
their state of pregnancy. A split-plot model was used with replicated measurements during
5th, 7th, 10th, 14th and 15th day after insemination in order to analyze the effects of season, state of pregnancy, and
their interactions each day on :1) serum concentrations of progesterona in four
treatments: pregnant cows LL (n=26), non -pregnant LL (n=24), pregnant cows S (n=24) and
non- pregnant S (n=20); fertility during the dry season diminished. The conception rate
during first service diminished (P<0.05) and service days increased (P<0.01).
Furthermore, the effect of dry season diminished (P<0.05) the percentage of cows with
normal estrous intervals (20-22 days) , the expression of estro, and (P<0.01)
progesterona in the luteal phase ; but S increased (P<0.05) the percentages of short
and long estral cycles anovulatory estrus and repeating cows. The average serum
concentration of progesteron was lower (P<0.05) on the 10th, 14th and 15th days in non-pregnant S cows than in pregnant S cows, and lower during
the luteal phase in non-pregnant S cows than in non-pregnant LL cows. The serum
concentrations of cortisol were greater (P<0.05) on the 10th, 14th and 16th days in non-pregnant S cows than in pregnant S cows. A significant
negative correlation (r = -0.78 ) (P<0.05) was found between the serum concentrations
of progesterona and cortisol in non-pregnant cows. The results indicated that elevated
concentrations of cortisol associated with dry season could reduce the secretion of
progesterona in the corpus luteum and consequently mediate the negative effect of the dry
season on fertility. Results from other experiments are also discussed.
Key words: corpus luteum, dry season, fertility, cows.
Introducción
El ganado lechero Carora, originado en una cálida región
centroccidental de Venezuela con bajo régimen de lluvias, como resultado del cruzamiento
del Pardo Suizo con vacas nativas, ha registrado muy satisfactoria productividad (1).
Puesto que el estrés ambiental afecta la función reproductiva en vacas (8), este
concepto requiere investigación en las vacas Carora porque algunas razas se adaptan mejor
que otras a las condiciones tropicales (10).
El estrés puede actuar a través del eje
hipotálamo-pituitario-adrenal-ovárico (25, 27).El cortisol es un componente importante
en las situaciones de estrés, y su secreción es aumentada por las interacciones entre
los animales y su ambiente (27), lo cual pudiera afectar los ritmos del cortisol en el
ganado lechero (24, 26, 37).
Los perfiles de progesterona durante el ciclo estrual y la preñez
temprana han sido determinados en vacas lecheras bajo condiciones tropicales, pero los
resultados han sido controversiales con respecto a las concentraciones de progesterona en
las vacas preñadas y no preñadas (11, 18). En regiones templadas, los niveles de
progesterona en el día 6 post-ovulación fueron más altas en vacas no repetidoras que en
las vacas repetidoras de servicio (16) y los niveles de progesterona plasmáticos se
correlacionaron positivamente con la preñez antes de efectuarse el reconocimiento
maternal de la preñez (28). En otras especies, se han reportado relaciones entre el
cortisol y la actividad luteal. En perras, la alta producción endógena de cortisol
disminuye con la secreción de progesterona durante la fase luteal temprana (22). No hay
información disponible que compare las concentraciones séricas de cortisol y de
progesterona, fertilidad y actividad ovárica entre las estaciones tropicales LL y S en
vacas lecheras. Por consiguiente, los objetivos de este estudio fueron analizar
lainfluencia de las estaciones LL y S sobre : 1) fertilidad; 2) actividad ovárica y
secreción de progesterona hasta 45 días postinseminación; y 3) la secreción de
cortisol alrededor del día cuando se establece el reconocimiento maternal de la preñez
(13), en vacas Carora inseminadas con éxito y sin éxito (no preñadas), bajo condiciones
de trópico.
Materiales y métodos
Estos experimentos fueron conducidos en la Hacienda Montevideo situada
en el Estado Lara, Venezuela. La región está clasificada como una área tropical seca
caracterizada por precipitación anual y temperatura promedio < 750 mm y 27 Cº,
respectivamente. Las vacas estuvieron semiestabuladas y pastoreando Panicum maximun 5 h/d. Durante los períodos de estabulación y de ordeño matutino y vespertino, las
vacas recibieron 2.5 kg/d de un concentrado comercial conteniendo 18% de proteína cruda y
silage de sorgo para cubrir los requerimientos de la National Research Council (9). La
tasa de conversión del concentrado fue 540 g/kg de leche. Se suministró NaCl ad
libitum y las vacas recibieron una inyección de Vitamina A, D3 y E en el día 30
postparto.
Experimento 1: Actividad Ovárica y Fertilidad. El efecto de la
estación sobre la función reproductiva fue evaluado seleccionando 84 vacas durante la LL
(Abril-Junio) y 98 vacas durante la S (Julio-Septiembre). Estas vacas fueron inseminadas
por primera vez después del parto, el cual fue observado durante las primeras dos semanas
de Abril y Julio.
Los requerimientos para seleccionar las vacas tanto en las estaciones
LL o la S se basaron en los siguientes criterios: último parto normal; un intervalo
parto-primer servicio similar (49 ± 6 d); dos o tres partos, similar buena condición
corporal (3,5 sobre la escala de 5 puntos); peso corporal de 426 ± 31 kg; y similar
producción de leche (2450 ± 560 kg de leche durante la lactancia anterior).
El intervalo parto-primer estro fue 30 ± 5 d. Se realizaron dos
inspecciones visuales diarias para detectar el comportamiento de estro en el área de
espera antes del ordeño. La inseminación artificial se efectuó 12h después de
observarse la aceptación de la vaca por dejarse montar y todos los animales fueron
palpados rectalmente al momento del servicio para verificar el folículo preovulatorio.
Las muestras sanguíneas fueron obtenidas para medir progesterona en los días 0 (se
requirieron concentraciones por debajo de 0,5 ng/mL para confirmar el estro (5, 27, 26,
18, 13, 29) (para comparar con las concentraciones de progesterona reportadas como
controversiales previamente (11, 18, 16, 28) en las vacas preñadas y no preñadas), y
luego diariamente desde los días 16 al 22 y en el día 27 (para definir el intervalo
interestrual mediante el comportamiento de estro y el perfil de la progesterona), y en los
días 35 y 45 para detectar la muerte embrionaria (5) cuando la preñez había sido
confirmada. Las vacas fueron agrupadas retrospectivamente en vacas preñadas LL (n=26), no
preñadas LL (n=24), preñadas S (n=24) y no preñadas S (n=20) después de determinar los
perfiles de progesterona (figura 1). A las vacas no preñadas se les exigió registrar un
ciclo estrual de 22 días para ser incluidas en los grupos experimentales.
Las muestras fueron colectadas entre 0800 y 0900 horas mediante
punción de la vena yugular, usando tubos al vacío sin anticoagulante . La sangre se
centrifugó dentro de las dos horas siguientes a 2,000 × g durante 15 min y el
suero fue congelado a -20°C hasta ser sometido al RIA. La progesterona fue medida
mediante radioinmunoanálisis (RIA) de fase sólida sin extracción, previamente validado
(34) usando kits suministrados por la Agencia Internacional de Energía Atómica de Viena.
El coeficiente de variación interensayo fue 12,4%.
La fertilidad fue evaluada usando 5 variables reproductivas (18)
señaladas a continuación: 1) Tasa de concepción al primer, segundo y tercer servicio;
2) Intervalo desde el primer servicio hasta la concepción (días en servicio); 3) Número
de servicios por concepción; 4) tasa de preñez al final del estudio; 5) Porcentaje de
vacas repetidoras de servicio (vacas mostrando al menos 3 servicios infértiles) (5).
Usando una modificación del método reportado por Waterman y col.,
1993 (19), se evaluó la actividad ovárica de las vacas no preñadas LL y S durante 45
días después de la primera inseminación, utilizando las siguientes variables: 1)
Intervalo interestrual; 2) Expresión del estro; 3) Concentraciones de progesterona de la
fase luteal; 4) Anestro y 5) Porcentaje de estros anovulatorios.
Experimento 2: Secreción de Cortisol. Después de determinados
los perfiles de progesterona las vacas se agruparon también en 4 grupos: preñadas LL
(n=9), preñadas S (n=6), no preñadas LL (n=7) y no preñadas S (n=8). El cortisol
se determinó en los días 0, 10, 14,15 y 16 en las muestras tomadas en el experimento 1.
El cortisol se midió mediante RIA usando un método sin extracción de fase sólida
(Diagnostic Products Co.), validado previamente (4), pero las soluciones estandar (5O µL)
de hidrocortisona (cat.# H-2755, Sigma Chemical Co., St. Louis, MO) fueron preparadas en
PBS y sus concentraciones fueron 0,1, 0,4, 0,8, 1,5, 3,0, 6,0 y 8,0 µg/dL, sobre la base
de las concentraciones de cortisol reportadas por otros autores (24).
Análisis Estadísticos: Los datos proporcionales (tasa de concepción,
tasa de preñez, vacas repetidoras, expresión del estro, etc) se analizaron mediante la
prueba del Chi-cuadrado comparando las respuestas de las vacas LL y S. Las variables
reproductivas continuas (servicios/ concepción, días en servicio y el promedio de la
progesterona luteal) se analizaron mediante un análisis simple de varianza utilizando la
estación como la variable independiente.Las diferencias en las concentraciones séricas
de progesterona y cortisol fueron analizadas en un modelo de parcelas divididas para
medidas repetidas (14) con la parcela principal de la estación, estado de preñez y la
interacción estado de preñez × estación, utilizando como el término de error la
variación de la vaca dentro de la interacción estado de preñez × estación. Cuando se
observaron interacciones significativas involucrando el día del ciclo estrual, las
diferencias dentro del mismo día se analizaron usando la prueba de Bonferroni (15).
También se calcularon las correlaciones entre las concentraciones de progesterona y
cortisol en los días del ciclo analizados.
Resultados y discusión
En general, la fertilidad fue mayor en las vacas de la estación LL que
en la S, como se demuestra en las variables reproductivas presentadas en el cuadro 1.
Igualmente, las variables reproductivas mostradas en la tabla 2 indican que el
comportamiento reproductivo, mediante la evaluación de la actividad ovárica durante los
primeros 45 días posteriores a la primera inseminación, de las vacas no preñadas fue
mejor durante la estación LL que durante la S.
Interacciones significativas (P<0,01) entre la estación y el estado
de preñez se detectaron en las concentraciones séricas de progesterona. Durante la
estación LL (figura 1A), la progesterona fue mayor (P<0,05) en los días 14 y 17 del
ciclo en las vacas preñadas que en las no preñadas. Las concentraciones séricas
promedio de progesterona en las vacas no preñadas (cuadro 2) fue mayor (P<0,01)
durante las LL que durante la S.
Interacciones significativas (P<0,01) entre la estación y el estado
de preñez se detectaron en las concentraciones séricas de cortisol. Durante la S (figura
1B), el cortisol fue mayor (P<0,05) en los días 10, 14 y 16 postinseminación en las
vacas no preñadas que en las preñadas. Se encontró una correlación negativa (r=
-0,78) significativa (P<0,05) entre las concentraciones séricas de progesterona y
cortisol en las vacas no preñadas de la estación S.
El presente estudio es el primero sobre la relación entre la respuesta
de la secreción de cortisol y la actividad del cuerpo lúteo en vacas en lactación (raza
Carora de Venezuela), durante una estación LL y S en el trópico. Debe enfatizarse que
todas las vacas presentaron condición corporal similar (3,5 sobre una escala de 5)
durante las dos estaciones, habían sido detectadas en estro al menos una vez (intervalo
parto-primer estro fue de 30 ± 5 d), lo cual fue contrastante con la tendencia a
presentar ciclicidad silente postparto en razas cruzadas con Holstein en condiciones
tropicales (24), y la precisión de la detección del estro fue 100%, basada en el
análisis de progesterona.
Cuadro 1. Efecto de la estación sobre la fertillidad en vacas
caroreñas.
Variable |
Estación |
|
Lluvias (n=84) |
Sequía (n=98) |
Tasa de concepción al |
1er.
servicio (%) |
43a (36/84) |
26,5b (26/98) |
2do.
serv (%) |
58a (28/48) |
37,5b (27/72) |
3er.
serv (%) |
100a (20/20) |
31,0b (14/45) |
Número servicios /concepción |
1,8 ± 0,2a |
3,2 ± 0,5 b |
Intervalo primer servicio - concepción (días en servicio) |
31 ±? 5c |
58 ±? 6 d |
Tasa de Preñeze (%) |
71c (60/84) |
42d (41/98) |
Vacas repetidoras de servicio(%) |
0c |
32d (31/98) |
Valores con diferentes superíndices dentro de líneas difieren
significantemente. a, b P<0,05; c,d (P<0,01). e Calculado al final del estudio (45 d después del primer servicio).
Aun cuando las vacas estudiadas aquí estuvieron semiestabuladas, se
evidenció que la fertilidad fue afectada por la estación S (seca) no obstante ser la
raza Carora originada en la región donde este estudio se efectuó. Creemos que este
efecto sobre la fertilidad fue producido por el estrés ambiental, no necesariamente por
el calor puesto que la temperatura promedio fue solamente 1,5°C más alta en la estación
S que en la estación lluviosa (LL). En el ganado lechero, varios autores han mostrado que
el cortisol es capaz de disminuir la secreción de LH (6, 9, 25, 30), lo cual pudiera
ocurrir durante la estación S en este estudio, quizás produciendo la incidencia más
alta de estros anovulatorios en la estación S. Es posible que en las vacas Carora la
secreción de LH aumenta y la de cortisol disminuya a medida que el intervalo postparto
progresa, como ha sido demostrado en vacas de carne durante el amamantamiento (33) y que
pudieran haber diferencias en esta relación entre la LH y el cortisol entre vacas Carora
durante las estaciones S y LL. Benmrad y Stevenson (3) reportaron una tasa de concepción
al primer servicio (42%) y número de servicios/concepción (1,8) similares a los
encontrados en la estación LL en este estudio. Los resultados inusuales que 20 de 20
vacas concibieron al tercer servicio y que la tasa de concepción en este servicio fue
mayor que la registrada en el primer y segundo servicio en las vacas LL, indican que en
las vacas Carora la tasa de concepción es mayor a medida que el período postparto es
más largo, lo cual puede ser influído por el decremento en el pico de producción de
leche puesto que el balance energético negativo está siendo inhibido durante la
estación LL. Las variables empleadas en este estudio para medir la fertilidad (cuadro 1)
pudieran servir para evaluar el comportamiento reproductivo del ganado explotado bajo
condiciones tropicales.
Cuadro 2. Actividad ovárica durante 45 días después del servicio
en vacas caroreñas no preñadas. Efecto de la estación.
Variable |
Estación |
|
Lluvias (n=48) |
Sequía (n= 72) |
Intervalo Interestruale (d) |
|
(n) |
|
(n) |
a) 10-14 (%) |
4a |
(2) |
11b |
(8) |
b) 15-19 (%) |
17 |
(8) |
14 |
(10) |
c) 20-22 (%) |
75a |
(36) |
56b |
(40) |
d) 23-27 (%) |
4c |
(2) |
19d |
(14) |
Expresión del Estro (%) |
95a |
82 b |
|
|
Progesterona de la fase lutealf (ng/mL) |
5,2 ± 1,2c |
|
2,7 ± 0,7d |
|
Anestro (%) |
4 |
|
6 |
|
Estro anovulatorio (%) |
4a |
|
11b |
|
Valores con diferente superindices dentro de líneas, difieren
significantemente. a,b P (<0,05). c,d P (<0,01). e Análisis de Chi-cuadrado incluyó los 4 intervalos interestruales y las dos estaciones
usando 3 grados de libertad. Las otras variables usaron 1 grado de libertad. fProgesterona
promedia entre los días 5 al 15 post-inseminación.
Este estudio reporta un porcentaje mayor de intervalos interestruales
regulares(20-22 d) y de expresión del estro en la estación LL que en la S, indicando que
quizás el eje hipotálamo-pituitario-ovárico fue menos inhibido por la
retroalimentación negativa inducida por el cortisol (27) en la estación LL. La
expresión de estro más baja en la estación S, muestra que la incidencia de ovulación
sin estro en esta estación podría ser un factor importante en disminuir la eficiencia
reproductiva. La detección de estro más baja podría ser causada por duración corta del
estro o por procedimientos deficientes en su detección, así como también la falla
presentada por la vaca en exhibir el comportamiento de estro. La eficiencia en la
detección del estro en el hato utilizado en este estudio, puede ser criticado como una
debilidad potencial, pero no la precisión en la detección del estro, como fue anotado
previamete, Adicionalmente, durante la estación S hubo más ciclos estruales largos (23-
27 d), quizás como evidencia indirecta de la presencia de un embrión, pero estos ciclos
largos pudieran también ser debidos a cuerpos lúteos con duración más larga que el
promedio sin la presencia de un embrión (5).
Figura 1. Concentraciones séricas promedio de progesterona (curvas)
hasta el día 27 después de la primera inseminación en vacas Carora preñadas (n = 26 vs
24) y no preñadas (n= 24 vs 20), y de cortisol en los días 0, 10, 14, 15 y 16 en vacas
Carora preñadas (n = 9 vs 6) y no preñadas (n= 7 vs 8) durante las estaciones lluviosa
(A) y seca (B), respectivamente. Todas las vacas no preñadas incluídas presentaron un
cilo estrual de 22 días, lo cual fue determinado retrospectivamente. Medias con
superíndices diferentes difieren significantemente: a,b P<0,05; c,d P<0,01. Día 0 = día de la inseminación.
En la presente investigación, el porcentaje de vacas repetidoras fue
mayor en la estación S. Las causas de vacas repetidoras en este trabajo podrían ser: 1)
ciclos estruales cortos (10-14d); 2) secreción de progesterona más baja encontrada en
las vacas no preñadas de la estación S en los días 10,14 y 15, lo cual está de acuerdo
con los niveles de progesterona plasmáticos correlacionados con la preñez antes del
reconocimiento maternal de la preñez (28); y 3) una incidencia más alta de estros
anovulatorios, aunque no tan alta (33%) como la encontrada en una región tropical del
Perú (11). En efecto, nosotros reportamos recientemente una incidencia importante de
ciclos estruales anovulatorios en cabras mestizas que registraron niveles bajos de LH,
bajo las mismas condiciones tropicales estudiadas aquí (23). Hubiera sido interesante
medir estradiol en este estudio, puesto que si el estrés ambiental durante la estración
S aumentó el estradiol durante el reconocimiento maternal, esto pudiera jugar un rol en
la baja fertilidad encontrada en este estudio (35). Además, concentraciones altas de
cortisol secretado durante la estación S pudieran inhibir directamente los receptores de
LH en las células granulosas de la vaca (20).
El hallazgo más importante de este estudio consistió en las
concentraciones séricas de cortisol mayores en las vacas no preñadas que en las
preñadas durante la estación S en los días 10, 14 y 16 (figura 1B). Esto sugiere que la
corteza adrenal en las vacas Carora es más sensible a secretar cortisol durante la
estación S, lo cual podría afectar la la preñez temprana mediante mecanismos que
inducen la luteólisis temprana (12, 21). Además, factores ambientales de la estación S
pueden haber perturbado la producciónde progesterona en las células luteales, quizás a
través de una interacción entre la duración de la secreción de prostaglandina F2a y la liberación de cortisol, como fue sugerido en vacas de carne (33), afectando la
actividad del cuerpo lúteo mediante péptidos opiodes endógenos (7). Nosotros
enfatizamos que los incrementos en las concentraciones séricas de cortisol encontrados
durante la estación S en este estudio, podrían ser la causa de la disminución en la
secreción de progesterona y de la incidencia mayor de intervalos interestruales cortos
(10-14 d) (cuadro 2) en las vacas no preñadas de la estación S, lo cual es indicativo de
la presencia de un cuerpo lúteo subfuncional (12).
Finalmente, el hallazgo en este estudio es que el cortisol está
asociado con niveles bajos de progesterona, coincidiendo en primer lugar con el uso de
glucocorticoides sintéticos para inducir el parto en varias especies incluyendo las vacas
(19); en segundo lugar con el reciente reporte de que dosis luteolíticas de
prostaglandina F2a incrementaron las concentraciones plasmáticas de cortisol en vacas en
lactación (2); y finalmente con nuestro trabajo sobre hipercortisolemia crónica la cual
pudiera disminuir la secreción de progesterona por el cuerpo lúteo en la perra (22).
La secreción de cortisol incrementada en la estación S encontrada en
este estudio, puede indicar no necesariamente que un estado patológico se ha
desarrrollado, como fue anotado por Moberg (27), sino que las vacas Carora tienen la
habilidad para regular la secreción de cortisol y así realizar los cambios fisiológicos
apropiados y asociados con la estación S, como fue postulado cuando los toros fueron
reubicados a diferentes condiciones ambientales (4). En este sentido, fue interesante en
este estudio que las concentraciones de cortisol sérico estuvieron alrededor de 1 mg/dL
en el día 0 durante las dos estaciones, es decir, doblando el cortisol de los días 10,
14, 15 y 16 de la estación lluviosa, lo cual indica que la secreción de cortisol es
incrementada por efecto de una situación fisiológica, en este caso, el estro (2).
En resumen, así parece que en las vacas Carora la corteza adrenal es
más susceptible a secretar cortisol durante la estación seca que durante la estación
lluviosa bajo las condiciones tropicales estudiadas aquí. El incremento en la secreción
de cortisol sería capaz de comenzar varios mecanismos relacionados con el eje
hipotálamo-pituitario-ovárico que afectarían la función del cuerpo lúteo en la
producción de progesterona, lo cual causaría fases luteales cortas o disminución en la
secreción de progesterona, los cuales fueron encontrados en este estudio. Se recomienda
comparar estos resultados en vacas Carora con vacas no nativas, por ejemplo, Holstein,
explotadas bajo las condiciones tropicales estudiadas.
Agradecimientos
Esta investigación fue financiada por el CDCHT de la Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) de Barquisimeto, Venezuela y por el Departamento
de Salud y Producción Animal del Organismo Internacional de Energía Atómica de Viena
(FAO/IAEA). También agradecemos al personal de la Hacienda Montevideo y al MV. S.Puzzar y
a la Br. M. Arteaga por su ayuda en el centro de computación.
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