Rev. Fac. Agron. (LUZ). 1999, 16 Supl. 1: 23-29
Population growth of cottony scale, Capulinia sp. (Hemiptera: Eriococcidae) on three Psidium species under laboratory conditions.
Recibido el 28-04-1999 l Aceptado
el 26-07-1999
1. UTF, Facultad de Agronom�a, LUZ, Apartado 15205, Maracaibo 4005, Venezuela.
Telefax: (061) 597113. E-mail: [email protected]
2. Egresada de la Facultad de Agronom�a, LUZ.
Resumen
Palabras clave: Coccoidea, planta hospedera, adaptabilidad.
Abstract
Keys words: Coccoidea, host plant, suitability Capulinia.
Introducci�n
A principios de 1993, la mota blanca, Capulinia sp. cercana a jaboticabae von Ihering (Hemiptera: Eriococcidae) se detect� como una nueva plaga del guayabo en Venezuela (2). Aparentemente se trata de una nueva especie para la ciencia (Dr. Douglas Miller, comunicaci�n personal*). Actualmente, se desconoce su origen y las especies de plantas hospederas sobre las cuales evolucion�.
Para entender la amplitud de especies de plantas hospederas as� como su comportamiento, se estudi� el desarrollo poblacional de esta especie de Capulinia sobre tres especies de Psidium bajo condiciones de laboratorio.
Materiales y m�todos
Durante el per�odo julio-octubre de 1996 se realizaron observaciones sobre el desarrollo poblacional de la mota blanca, Capulinia sp. sobre P. guajava L., P. friedrichstalianum Berg-Niedenzum y P. guinense Sw. La investigaci�n se llev� a cabo bajo condiciones de laboratorio (T�=27�C y HR=82%) con iluminaci�n artificial combinando en un panel de 125x45 cm (largo x ancho), cuatro tubos fluorescentes de 40 w y seis bulbos incandescentes de 60 w, con una duraci�n de 10 horas luz (sin excluir la luz natural) en la Unidad T�cnica Fitosanitaria, Facultad de Agronom�a, La Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela.
Las plantas utilizadas fueron sembradas en bolsas de polietileno de 2 kg con una mezcla de suelo con esti�rcol 3:1 sin fertilizaci�n adicional. Dichas plantas fueron colocadas sobre un mes�n debajo del panel de iluminaci�n y protegidas con una malla de tul.
Para cada especie de planta se realizaron tres repeticiones, las cuales eran infestadas con una masa de aproximadamente 300 huevos/planta que proven�an de colonias de Capulinia sp., criadas sobre plantas de guayabo mantenidas en el laboratorio. Las masas eran retiradas de hembras de la colonia con un pincel fino y se colocaban aproximadamente a la mitad de la altura del tallo. Para P. guajava se infest� una vez y tres veces (semanalmente) para P. friedichtalianum y P guinense.
Una semana despu�s de la �ltima infestaci�n, se realizaron los contajes semanales bajo lupa estereosc�pica (aumento 10X), totalizando 10 contajes, en los cuales se discriminaron los diferentes estados de desarrollo del insecto: ninfas de primer, segundo estad�o machos y hembras, ninfas de tercer y cuarto estad�o para machos, hembras adultas con y sin huevos. La sumatoria de los estados contados represent� el total de los individuos. A partir del segundo contaje, se cont� la poblaci�n acumulada.
* USDA, Systematic Entomology Laboratory, Maryland
Las observaciones se realizaron a lo largo del tallo (de aproximadamente 40 cm de longitud). Cuando �stas fueron muy altas y uniformemente distribuidas, el contaje se realiz� seleccionando al azar un segmento del tallo de 5 cm de longitud, y luego se estimaba el n�mero total de individuos sobre el tallo completo [(No. individuos x longitud del tallo (cm)]/[(5 (cm)].
Los datos fueron analizados con un modelo estad�stico completamente aleatorizado. Las medias fueron comparadas a trav�s de la prueba de Tukey. Previo al an�lisis los datos fueron transformados a �n+1 para ajustarlos a una distribuci�n normal. Dichos an�lisis fueron hechos con el programa estad�stico SAS (7). Para observar las tendencias poblacionales se grafic� el n�mero de individuos/especie/contaje.
Por ser una especie nueva, se describen a continuaci�n algunos aspectos biol�gicos del insecto observados sobre guayabo, con el fin de conocer los diferentes estad�os discriminados en este trabajo: la hembra adulta es de color amarillo claro opaco, forma oval, con antenas cortas de cuatro segmentos y conspiscuas patas metator�cicas (5). Su cuerpo est� recubierto por filamentos cerosos blancos, semejante a una mota de algod�n, de donde deriva el nombre com�n que se le di� en el Zulia de "mota blanca del guayabo" (2). �sta deposita los huevos dej�ndolos atrapados entre esos filamentos que la recubren. Los huevos son ovoidales y de color amarillo brillante. Al eclosionar, la ninfa de primer estad�o, con cuerpo aplanado, de color amarillento, antenas cortas, ojos visibles, con patas y filamentos caudales se desplaza sobre la planta por corta distancia hasta encontrar un sitio adecuado, generalmente debajo de alguna exfoliaci�n o levantamiento de la corteza, donde se establece e introduce su estilete bucal y comienza a alimentarse (2). A partir de entonces, su cuerpo comienza a producir los filamentos cerosos. En el caso de la hembra, despu�s de fijarse se vuelve s�sil y as� permanece a lo largo de su vida, perdiendo las patas pro y mesotor�cicas despu�s de la primera muda.
La ninfa que dar� origen al macho, tambi�n se fija pero al mudar al segundo instar, mantiene completas sus patas y vuelve a moverse para encontrar un sitio adecuado para pupar generalmente cerca de alguna hembra (2). En el caso de los machos, el cuerpo de la ninfa se torna fusiforme despu�s del primer estad�o.
Los machos a partir de la segunda muda, se recubren de una especie de capullo ceroso, de color blanco y forma alargada con dos extremos redondeados uno abierto y otro cerrado, dentro del cual realizan el tercer y cuarto instar. Poco antes de la emergencia del adulto adem�s de la �ltima muda, se observan los filamentos caudales asomando a trav�s del extremo abierto del capullo. A pesar de que Chirinos et. al. (3) y Chirinos et. al. (4) refieren que el macho pasa por tres estad�os y una fase de adulto inm�vil antes de la emergencia del adulto, se corrobor� que esa �ltima fase corresponde con el cuarto instar. As�, las hembras pasan por dos estad�os ninfales y los machos por cuatro.
Resultados y discusi�n
En el cuadro 1 se muestran los promedios por estado de desarrollo e individuos totales de Capulinia sp., para las diferentes especies estudiadas. All� se observan las marcadas diferencias significativas entre especies. Para P. guajava tanto las poblaciones totales como en individuos discriminados por estad�os fueron significativamente mayores, mientras que en P. guinense no hubo supervivencia mas all� de las ninfas de primer instar.
Estos resultados muestran que de las especies estudiadas, P. guajava fue la que m�s favoreci� el desarrollo poblacional de Capulinia sp. De hecho la figura 1 muestra que sobre esta especie las poblaciones alcanzaron picos m�ximos de aproximadamente 3.800 individuos para la d�cima semana de evaluaci�n. P. friedichtalianum alcanz� su m�xima poblaci�n tambi�n en la d�cima semana con 13 individuos, sin ning�n individuo desarrollado sobre P. guinense.
Los pocos individuos desarrollados sobre P. friedichstalianum y la mortalidad de todas las ninfas de primer instar sobre P. guinense, podr�an estar asociadas en primera instancia a la poca existencia o falta de levantamientos de corteza y por otro lado a factores nutricionales asociados a las diferentes especies estudiadas.
Cuadro 1. N�mero de individuos totales y discriminados por fase de desarrollo de Capulinia sp. sobre las diferentes plantas hospederas, bajo condiciones de laboratorio. Per�odo julio-octubre 1996.
P. guajava | P. friedichtalianum | P. guinense | |
N1 | 266,7+70,3a | 2,1+0,4b | 0c |
N2H | 23,4+9,8a | 0,46+0,03b | 0c |
N2M | 15,5+4,5a | 0,46+0,03b | 0c |
N3M | 26,9+10,6a | 0,8+0,01b | 0c |
N4M | 60,7+20,7a | 1,3+0,3b | 0c |
H | 70,4+23,8a | 0,9+0,4b | 0c |
HH | 42,9+26,5a | 0,23+0,01b | 0c |
NI | 541,16+366,24a | 6,57+1,63b | 0c |
Medias+desviaci�n est�ndar, a,b,c: medias con letras distintas difieren significativamente (P<0,05). N1=ninfas de primer estad�o, N2H=ninfas de segundo estad�o hembras, N2M=ninfas de segundo estad�o macho, N3M=ninfas de tercer estad�o macho, N4M=ninfas de cuarto estad�o, H=hembras adultas sin huevos, HH=hembras con huevos, NI=n�mero de individuos.
Figura 1. N�mero de individuos totales de Capulinia sp., sobre P. guajava, P. friedrichstalianum y P. guinense para los diferentes contajes, bajo condiciones de laboratorio. Per�odo julio-octubre 1996.
Con respecto a los levantamientos de corteza, este insecto necesita de esos levantamientos para ocultarse en su fase de dispersi�n (ninfas de primer instar) y all� poder desarrollarse. Algunas observaciones de laboratorio hechas sobre guayabo, parecen sustentar este hecho. A plantas de P. guajava a las que se les hab�a eliminado previamente todos los levantamientos de corteza (n=4, infestadas con aproximadamente 130 huevos), las ninfas emergieron de los huevos pero no se desarroll� ning�n individuo. Adem�s, en el campo, en huertos comerciales de la zona, suelen observarse algunas plantas con menos levantamientos o exfoliaciones de corteza (cortezas lisas) y generalmente esas plantas son menos infestadas por Capulinia sp.
De corroborarse experimentalmente este comportamiento, podr�a ser utilizado como una alternativa de manejo de esta plaga sobre guayabo, es decir, seleccionar variedades o cultivares en forma vegetativa con tallos y ramas sin levantamientos de corteza, para disminuir la incidencia de este insecto, sobre este cultivo.
Posterior al establecimiento de las ninfas, el desarrollo del insecto parece ser afectado por factores nutricionales asociados con P. friedichstalianum y P. guinense a pesar que estas especies sean taxon�micamente cercanas a P. guajava. Aunque no han sido evaluadas las condiciones nutricionales, posteriores estudios sobre estas especies con presencia de levantamientos de corteza, las ninfas de primer estad�o se establecieron. No obstante, sobre P. guinense ninguna pas� de ese estad�o y sobre P. friedichtalianum, de los individuos de Capulinia evaluados (n=35) s�lo dos llegaron hasta el segundo estad�o, mientras que el resto no pas� del primero. En ambas especies, las ninfas no produjeron filamentos cerosos y antes de morir presentaban necrosamiento a nivel del cefalot�rax, lo que podr�a indicar intoxicaci�n, fallas en la metabolizaci�n de los nutrimentos o cualquier otro factor que est� ligado a la nutrici�n del insecto. En este sentido, Narvaez y Notz (6) reportaron diferencias en el desarrollo y la fecundidad de Myzus persicae sobre papa y ajonjol� en diferentes estratos de la planta posiblemente asociadas con diferencias en las concentraciones de nitr�geno. Boavida y Neuenchwander (1) encontraron diferencias significativas en el desarrollo y fecundidad de Rastrococcus invadens (Homoptera: Pseudococcidae) sobre dos variedades de mango, las cuales estuvieron asociadas con diferencias en calidad y cantidad de los nutrientes en esas variedades.
Conclusiones
Los resultados sugieren que Psidium guajava es mucho m�s favorable como planta hospedera de Capulinia sp. Aunque estos resultados no permiten concluir acerca de los factores espec�ficamente involucrados en las diferencias relacionadas con la especie de planta hospedera, posterior al establecimiento de las ninfas de primer estad�o, factores asociados con la nutrici�n del insecto parecen afectar el desarrollo sobre P. friedichstalianum y P. guinense siendo m�s marcado el efecto sobre esta �ltima especie. La preferencia de las ninfas de primer instar por ubicarse debajo de levantamientos de corteza y otros accidentes de la misma, sugiere que hay que precisar el efecto de ese factor. Dada la importancia de Capulinia sp., como plaga del guayabo en el pa�s, la corteza lisa podr�a constituir un factor de resistencia al insecto, susceptible de ser utilizado, mediante manipulaciones gen�ticas, en programas de manejo integrado de plagas de este frutal.
Literatura citada
1. Boavida, C. y P. Neuenchwander. 1995. Influence of host plant on the mango mealybug, Rastrococcus invadens. Entomol. Exp. Appl. 76: 179-188.
2. Cermeli, M. y F. Geraud-Pouey. 1997. Capulinia sp. cercana a jaboticabae von Ihering (Homoptera: Coccoidea, Eriococcidae) nueva plaga del guayabo en Venezuela. Agronom�a Trop. 47(1):115-123.
3. Chirinos, D., F. Geraud-Pouey y L. Chirinos-Torres. 1997a. Avances sobre la biolog�a de la mota blanca, Capulinia sp sobre guayabo, Psidium guajava L., bajo condiciones de laboratorio. XV Congreso Venezolano de Entomolog�a, en Res�menes. p. 34.
4. Chirinos, D., F. Geraud-Pouey y L. Chirinos-Torres. 1997b. Biolog�a de la mota blanca, Capulinia sp sobre guayabo, Psidium guajava L., bajo condiciones de laboratorio. Segundo Reporte. VIII Jornadas Cient�fico T�cnicas de la Facultad de Agronom�a (LUZ), en Res�menes. p. 43.
5. Chirinos, D.T., F. Geraud-Pouey y M. Cermeli. 1999. Morfolog�a externa de Capulinia sp. cercana a jaboticabae (Hemiptera-Homoptera:Ericoccidae). XVI Congreso Venezolano de Entomolog�a. En res�menes. p. 106.
6. Narvaez y Notz. 1993. Desarrollo, longevidad y reproducci�n del �fido verde del ajonjol�, Myzus persicae (Sulzer) (Homoptera: Aphididae) sobre plantas de papa (Solanum tuberosum L.) y ajonjol� (Sesamun indicum L.)
7. SAS, Institute,. Paquete estad�sticos SAS para Windows. Versi�n 6.12. Cary, NC. 1989-1996.