Rev. Fac. Agron. (LUZ). 1998, 15: 401-413
Evaluación de la capacidad de suministro de nitrógeno en diferentes
suelos de Venezuela
Evaluation of nitrogen supply capacity of different soils of Venezuela
Recibido el 14-11-1996lAceptado el
29-04-1997
1. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Fondo Nacional de Investigaciones
Agropecuarias, Instituto de Investigaciones en Recursos Agroecológicos, Area
Universitaria, Edificio 1, Apartado Postal 4653, Maracay AR 2101, Venezuela. e-mail:
iira@reacciun.ve
R. Delgado1 y E. Cabrera de Bisbal1
Resumen
En Venezuela no existen mecanismos apropiados para determinar los
requerimientos de N como fertilizante para el cultivo del maíz (Zea mays). En el
presente estudio se evaluó seis diferentes suelos en la producción de materia seca y el
N extraído por el maíz, bajo diferentes dosis de N y se relacionó con parámetros de
suelo asociados a la disponibilidad del elemento, un incremento entre un 7% al 76,7% de
materia seca en relación al tratamiento sin aplicación de nitrógeno; mientras el N
total extraído por el cultivo fluctuó desde 109,0 hasta 392,2 mg/maceta, en el
tratamiento sin aplicación de nitrógeno. Con la aplicación de 60 kg N/ha se observó
diferentes capacidades de suministro del elemento por los suelos. Los contenidos de N
mineral-inicial se correlacionaron significativamente (r = 0,851 y 0,844) con el N
extraído por las plantas y la materia seca producida y los modelos de regresión que
incluyen este parámetro y la materia orgánica del suelo explican (r2 = 0,875)
el N total extraído por el cultivo.
Palabras claves: Nitrógeno, capacidad de suministro de N, maíz.
Abstract
In Venezuela there is no methodology to know the soil supply capacity
of nitrogen in order to give proper fertilization recomendations. In this study with six
different soils of Venezuela, the maize (Zea mays) response (dry matter yield and N
uptake) to different N rates was evaluated and related to different N soil supply capacity
indexes. The results show that with 60 N kg/ha the dry matter yield increased, compared to
the treatment without fertilizer, between 7% and 76.7% and, the N uptake by the crop in
the treatment without fertilizer was between 109.0 mg and 397.2 mg/pot. With the N supply
indexes, it was observed that the initial mineral N, was significantly correlated (r =
0.851 and 0.844) with the N uptake and the dry matter yield. The regression model which
included the initial mineral N and the organic matter are the best (r 2 = 0.875) to
explain the N uptake by the crop.
Key words: Nitrogen, N supply capacity, maize, Zea mays.
Introducción
Es bien conocido que la respuesta de los cultivos a la aplicación de
elementos minerales para su nutrición, mediante fertilizantes químicos y/o orgánicos,
está sujeta a que en el suelo existan o no cantidades significativas de los mismos. En
este sentido la respuesta del cultivo maíz, a la aplicación de nitrógeno ha arrojado
resultados diversos, no permitiendo la obtención de modelos apropiados que permita la
estimación adecuada de la cantidad de fertilizante nitrogenado que debe ser aplicado.
Diversas son las investigaciones que han destacado la complejidad de
los factores que afectan la disponibilidad del nitrógeno en el suelo, así Meisinger (14)
propone un modelo para predecir requerimientos de fertilizantes nitrogenados considerando,
entre otros factores, los requerimientos del cultivo, disponibilidad de nitrógeno
proveniente de las formas minerales y orgánicas del suelo, eficiencia de uso del
nitrógeno aplicado y del disponible en el suelo. Otros trabajos, como los realizados por
Bundy y Malone (7), Hergert (12) y Binford et. al. (4), han destacado la
importancia de un factor especial como lo es el contenido de N-NO3 del suelo,
que puede definir la disponibilidad y requerimiento de este elemento.
Lo antes indicado refleja que, según sea la condición del suelo en
relación a los contenidos de materia orgánica, niveles de nitrógeno inorgánico,
condiciones físicas-químicas, características texturales y estructurales y la
condición de manejo a la cual ha sido sometido el sistema agrícola, serán los factores
que definirán el "status" de disponibilidad del elemento en el suelo, para la
nutrición de los cultivos.
Estudios realizados por Barberis (1), en suelos de Argentina,
evidencian la condición de manejo del sistema agrícola. Con la siembra de leguminosas o
condición de barbecho como cultivo previo a la siembra de maíz, el modelo de respuesta a
la aplicación de nitrógeno fue diferente.
Por otra parte Buchholz (6) establece relación entre el contenido de
materia orgánica del suelo, la textura del suelo y la capacidad de intercambio catiónico
en un modelo de recomendación para el establecimiento de la dosis de nitrógeno y aún
más, establece correcciones en la misma si el cultivo anterior ha sido una leguminosa.
En otros estudios Warren y Whitehead (20), evaluando la capacidad de
suministro de nitrógeno de diferentes suelos, determinaron que el mismo era explicado en
mayor grado por el N-mineral inicial del suelo y el nitrógeno proveniente de la
macromateria orgánica del suelo.
De lo señalado anteriormente se destaca que la disponibilidad de
nitrógeno está definida por diversos factores según sea la condición de manejo de los
sistemas agrícolas y/o las características físico/químicas del suelo. En este sentido
se deben orientar investigaciones para determinar los parámetros más importantes, según
las condiciones en los cuales se está desarrollando las actividades agrícolas, que
determinan la disponibilidad del elemento.
El presente estudio corresponde a una evaluación preliminar, empleando
diversos suelos de Venezuela, de la respuesta del cultivo maíz a la apliación de
Nitrógeno y su relación con la capacidad de suministro del elemento por el suelo,
evaluada esta última mediante diversos índices.
En este estudio preliminar, se evalúa la respuesta del cultivo de
maíz a la aplicación de nitrógeno y su relación con la capacidad de suministro del
elemento por el suelo, mediante diversos índices, en varios suelos de Venezuela.
Materiales y métodos
El estudio se realizó en laboratorio e invernadero empleando seis
suelos de Venezuela que presentan diferentes características físico/químicas, los
cuales luego de colectados, fueron secados al aire y tamizados a 5 mm. En el cuadro 1, se
presentan las características principales de los suelos evaluados.
Cuadro 1. Clasificación y características físico-química
generales de los suelos estudiados.
|
|
|
|
|
_1/ |
|
Suelo |
Clasificación |
Ubicación |
MO |
pH |
TXT |
NM |
|
|
|
(%) |
|
|
|
Sn.Carlos I |
Fluventic |
San Carlos |
|
|
|
|
|
Haplustolls |
Cojedes |
1,20 |
8,3 |
Fa |
24,8 |
Sn.Carlos II |
Fluventic |
San Carlos |
|
|
|
|
|
Haplustolls |
Cojedes |
3,58 |
6,3 |
A |
17,5 |
El Pao |
Typic |
El Pao |
|
|
|
|
|
Paleustults |
Cojedes |
1,44 |
5,9 |
Fa |
41,4 |
Tucutunemo |
Typic |
La Villa |
|
|
|
|
|
Haplustolls |
Aragua |
2,19 |
6,8 |
FAa |
18,4 |
Arenales |
Fluventic |
Magdaleno |
|
|
|
|
|
Haplustolls |
Aragua |
3,0 |
8,1 |
A |
154,4 |
CENIAP |
Fluventic |
Maracay |
|
|
|
|
|
Haplustolls |
Aragua |
2,.32 |
6,8 |
F |
31,5 |
_1/ Clasificación textural. TXT: Textura. NM: N-Mineral (NO3 + NH4)-N, (mg g1)
Con un ensayo de invernadero se evaluó la respuesta del cultivo maíz,
híbrido CENIA PB-8, a la aplicación del equivalente a 0,60 y 120 kg N/ha, manteniendo
los niveles de P, K y microelementos en niveles de suficiencia mediante la aplicación de
solución nutritiva como lo sugiere Chien y Hammond (9). El estudio se realizó en potes
plásticos donde se colocó 2 kg del suelo tamizado a 5 mm, manteniendo tres replicaciones
por tratamiento, colocados de manera aleatoria y manteniendo 3 plantas por pote. El suelo
se mantuvo con contenidos de humedad equivalentes a capacidad de campo durante el período
de evaluación. A los 35 días luego de la siembra se cosecharon las plantas a raz del
suelo determinándose la producción de materia seca. En la misma se determinó el N total
en el tejido por Kjehdahl según lo indica Salinas y García (17), para realizar la
estimación del nitrógeno total extraído por las plantas, como una medida del nitrógeno
disponible.
En el labotarorio se realizó la medición de variables de suelo, para
establecer los índices de disponibilidad de N, se utilizaron muestras de suelo similares
a las usadas en el ensayo de invernadero:
1) Se determinó el contenido de N-NO3 y N-NH4 en
el suelo seco incial, mediante el empleo del extracto KCl (2M) como lo indica Bremmer (5).
2) La macro materia orgánica según lo indica Barley (2). 3) Distribución del tamaño de
agregados según Pla (16). 4) Contenidos de N-NO3 y N-N4 luego de 20
días de incubación como lo señala Warren y Whithead (20). 5) Contenido de arcilla,
materia orgánica por Walker y Black modificado, como indica Gilabert et al. (11).
El análisis estadístico para la variable de la producción de materia
seca de maíz en los diferentes suelos evaluados y de la relación de ésta con los
índices de disponibilidad del elemento, se realizó a través de análisis de regresión
múltiple lineal y de correlación (15, 19).
Resultados y discusión
En el cuadro 2, se presentan la materia seca producida y nitrógeno
total extraído en la misma, para cada uno de los suelos y tratamientos evaluados. Se
puede indicar que en todos los suelos, a excepción de Arenales, existe respuesta del
cultivo maíz a la aplicación de nitrógeno: a mayor aplicación de nitrógeno mayor
producción de materia seca y N-total extraído.
Sin embargo, en todos los casos el incremento más pronunciado en la
producción de materia seca y de nitrógeno extraído, en relación al testigo sin
fertilizar, ocurrió con la aplicación de 60 kg N/ha, fluctuando entre 76,7% en el suelo
San Carlos I y 7% en el suelo Arenales para la materia seca producida y entre 98,9% en el
suelo San Carlos I y -2,39% en el suelo Arenales para el nitrógeno extraído. De lo antes
señalado se destaca que la respuesta del cultivo maíz a la aplicación de nitrógeno es
diferente en cada suelo, señalando diferente capacidad de suministro del elemento por los
mismos.
Cuadro 2. Producción de materia seca y nitrógeno total extraido en
los diferentes suelos estudiados.
Suelo |
Trat. |
M. Seca |
Incremento |
N-Total |
Incremento |
|
(kg N ha-1) |
(g pote-1) |
Relativo |
Extraido |
Relativo |
|
|
|
M. Seca(%) |
(mg/ pote-1) |
N-Total Extr. (%) |
|
|
_1/ |
|
|
|
|
|
Sn. Carlos I |
0 |
3,31h |
-
_2/ |
|
109,0g |
- |
- |
|
60 |
5,85f |
76,7 |
_3/ |
216,8f |
98,9 |
- |
|
120 |
7,48df |
125,9 |
27,9 |
276,2d |
153,4 |
27,4 |
Sn. Carlos II |
0 |
6,79f |
- |
- |
276,1d |
- |
- |
|
60 |
8,08b |
18,9 |
- |
370,4b |
34,2 |
- |
|
120 |
9,20c |
35,5 |
13,9 |
368,8b |
33,6 |
-0,4 |
El Pao |
0 |
7,95d |
- |
- |
289,2cd |
- |
- |
|
60 |
9,93bc |
24,9 |
- |
405,7ab |
40,3 |
- |
|
120 |
10,66ab |
34,1 |
7,35 |
438,7a |
51,7 |
8,1 |
Tucutunemo |
0 |
4,86g |
- |
- |
163,9f |
- |
- |
|
60 |
7,78d |
60,0 |
- |
282,0d |
72,1 |
- |
|
120 |
9,12c |
87,6 |
17,2 |
322,9c |
97,0 |
14,5 |
Arenales |
0 |
10,37ab |
- |
- |
397,2b |
- |
- |
|
60 |
11,10a |
7,0 |
- |
387,7b |
-2,39 |
- |
|
120 |
11,25a |
8,5 |
1,35 |
436,9a |
9,99 |
12,3 |
Ceniap |
0 |
5,67ef |
- |
- |
195,2ef |
- |
- |
|
60 |
7,86d |
38,6 |
- |
274,9d |
40,8 |
- |
|
120 |
9,29c |
63,8 |
18,2 |
364,6b |
86,8 |
32,6 |
_1/ Valores con similares letras no se diferencian significativamente
(P<0,05). _2/ Incremento relativo en base al tratamiento sin fertilizar. _3/
Incremento relativo en base al tratamiento con 60 kg N/ha.
Es importante mencionar que los suelos Tucutunemo, San Carlos I y el
CENIAP, con la aplicación de 60 kg N ha-1 y de 120 kg N ha-1,
presentaron los mayores incrementos de materia seca y de N extraído, en relación al
testigo de cada suelo, contrario a lo observado en el suelo Arenales en donde se observó
el menor incremento. Es posible que en el primer caso la suplencia de nitrógeno por parte
del suelo, proveniente de la mineralización de las formas orgánicas y del N-mineral, es
menos significativo (P<0,05) en la suplencia de los requerimientos del cultivo y de
allí que responda de manera significativa a la aplicación del N como fertilizante. En el
cuadro 1 se observa que el N-mineral para estos suelos fluctuó entre 18,4 mg kg-1 en el suelo de Tucutunemo hasta 31,5 mg kg-1 en el suelo de CENIAP, en el
horizonte entre 0 y 30 cm considerado por Binford et. al. (4) como el límite por
debajo del cual se esperaría que hubiese respuesta del cultivo a la aplicación del
elemento.
Llama la atención que el suelo San Carlos II con contenidos de N
mineral inferior a los indicados para los suelos Tucutunemo, San Carlos I y CENIAP, como
se puede observar en el cuadro 1, no respondió de manera significativa a la aplicación
del elemento, sugiriendo la existencia de otros parámetros de disponibilidad asociados.
El suelo Arenales por otra parte, presentó los niveles de nitrógeno mineral y materia
orgánica más elevado, como se puede observar en el cuadro 1, el N mineral fue de 154,4
mg kg-1 superior al límite de no respuesta indicado anteriormente y justamente presentó
la menor respuesta a la aplicación de nitrógeno.
Un análisis conjunto de la materia seca producida y el N-total
extraído en la misma, en función de los niveles de materia orgánica del suelo y el
nitrógeno mineral inicial parece indicar que, de manera independiente, ninguno de estos
parámetros explica por si solo la respuesta del cultivo a la aplicación de nitrógeno,
siendo necesaria la concurrencia de ambos para dar una mejor explicación. En este
sentido, se observa que el suelo Arenales y San Carlos II presentan niveles de materia
orgánica elevado y la respuesta a la aplicación de nitrógeno en ellos no es
significativa, aunque entre estos dos suelos existe la diferencia que, el suelo Arenales
presenta entre todos los suelos evaluados, el nivel mayor de N-mineral inicial y el San
Carlos II el nivel más bajo. Es posible que en el primer caso el N-mineral del suelo pudo
suplir los requerimientos del cultivo y en el segundo caso, el mismo proviene de la
mineralización del N orgánico. De los otros suelos es importante destacar que el suelo
San Carlos I presenta el mayor incremento relativo con la aplicación de 60 kg N/ha y 120
kg N ha-1, siendo el suelo que presentó el nivel de materia orgánica y
los contenidos de nitrógeno mineral más bajos. Contrariamente el suelo El Pao presentó
niveles de materia orgánica bajas, muy similar al suelo San Carlos I, pero el nivel del
N-mineral inicial es hasta 1,7 veces más elevado que éste, de allí que la respuesta a
la aplicación de nitrógeno en este suelo no sea tan espectacular como el observado en el
suelo San Carlos I. Lo antes señalado sugiere que el N-mineral inicial contribuyó
notablemente en la nutrición del cultivo y afectó la respuesta del cultivo a la
aplicación del elemento.
Por otra parte sugiere que existe relación entre los contenidos de
nitrógeno mineral inicial del suelo y de la materia orgánica del mismo, con la respuesta
del cultivo a la aplicación del nitrógeno coincidiendo con lo señalado por Binford et
al. (4), quien indica la importancia de los contenidos de N-NO3 de la capa
superficial. En ese sentido, en el cuadro 3 se presentan los contenidos de N-mineral
extraído en KCl (2M) 20 días luego de incubación, en los suelos evaluados fertilizados
con la aplicación del equivalente a 120 kg N/ha y sin la aplicación de éste. Se aprecia
que, con el solo proceso de humedecimiento del suelo, los niveles de nitrógeno mineral se
incrementaron entre 3,92 y 77,28 mg kg-1 en los diferentes suelos evaluados, a
excepción del suelo El Pao en donde es posible que ocurra inmovilización microbiana y/o
pérdida del elemento por volatilización o desnitrificación. Por otra parte, cuando el
suelo se fertilizó y se humedeció, el incremento fue ligeramente superior al observado
con el solo humedecimiento, aunque en general se encuentran en el mismo orden sugiriendo
que la aplicación de nitrógeno no afectó la mineralización del N-orgánico, contrario
a lo indicado por Jenkinson et al. (13), quien destaca el efecto priming como un
factor importante en la mineralización del N orgánico cuando se aplica una fuente
nitrogenada. En este sentido, es necesario que los estudios se prolonguen por períodos
más largos de tiempo para detectar el incremento de la mineralización del N orgánico
debido al incremento de la actividad microbiana, como lo sugiere Delgado (10).
Cuadro 3. Contenido de N-mineral en los suelos incubados por 20
días con fertilización y sin fertilización.
Suelo |
N-inicial |
Cantidad |
N 20 días |
Efecto |
Efecto |
|
suelo-seco |
N-aplicado |
después |
Humedec. |
Humedec. |
|
|
|
incubación |
|
+ Aplicac. |
|
- - - - - - - - - - - - - - - - - mg kg-1 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - |
Sn.Carlos I |
14,6 |
40,29 |
39,82 |
+3,92 |
-15,07 |
|
|
0,0 |
18,52 |
- |
- |
Sn.Carlos II |
53,80 |
43,23 |
117,44 |
- |
+80,41 |
|
|
0,0 |
124,18 |
+70,38 |
- |
El Pao |
37,73 |
42,61 |
81,19 |
- |
+0,85 |
|
|
0,0 |
32,77 |
-4,96 |
- |
Tucutunemo |
24,50 |
40,58 |
126,95 |
- |
+61,87 |
|
|
0,0 |
81,59 |
+57,09 |
- |
Arenales |
148,60 |
46,35 |
306,37 |
- |
+75,42 |
|
|
0,0 |
261,88 |
+77,28 |
- |
CENIAP |
60,63 |
42,96 |
150,35 |
- |
+46,76 |
|
|
0,0 |
103,97 |
+43,34 |
- |
De los resultados obtenidos se deduce que en los suelos El Pao y San
Carlos I la materia orgánica del suelo, la cual fluctuó entre 1,2 y 1,44% parece no
contribuir significativamente al "pool" de nitrógeno disponible del suelo, el
aporte de N por humedecimiento y fertilización nitrogenada estuvo sólo en el orden de
3,92 mg kg-1 con inmovilización de hasta -15,07 mg kg-1. Por el
contrario en los otros suelos el aporte de N por esta vía es más significativo, desde
80,41 a 43,34 mg kg-1.
En el cuadro 4, se presenta la distribución del tamaño de agregados y
la macro-materia orgánica en los diferentes suelos evaluados. Es interesante destacar que
los suelos Arenales y San Carlos II, ambos de textura arcillosa y materia orgánica
superior a 3% (cuadro 1), presentan una distribución de los agregados muy diferentes. En
el suelo Arenales la mayor parte se encuentra en las fracciones intermedias y finas y en
el suelo San Carlos II en las fracciones más gruesas debido posiblemente al manejo al
cual es sometido cada uno ya que el suelo San Carlos II se encuentra cultivado con pasto
desde hace aproximadamente 10-15 años y el suelo Arenales está sometido a la siembra de
cultivos anuales con la incorporación de residuos durante largo tiempo. Es probable que
los elevados niveles de N-mineral detectados en el suelo Arenales 154,4 mg kg-1 (cuadro 1), sea producto de la aplicación de fertilizantes nitrogenados o de la
mineralización de la materia orgánica del suelo, la cual se encuentra más propensa a la
acción de la actividad microbiana por presentar mayor superficie expuesta como se puede
deducir de la mayor cantidad de microagregados. Por otra parte, se puede pensar que en el
suelo San Carlos II, la mayor cantidad de microagregados no permite que la materia
orgánica este expuesta fácilmente a la acción microbiana, ocurre protección física
y/o oclusión de la misma, de allí que su mineralización no contribuye notablemente en
el suministro de N para las plantas. Lo antes indicado coincide con lo sugerido por
Cambardella y Elliot (8) y Beare et al. (3) quienes han señalado que la materia
orgánica contenida en los macro-agregados puede estar protegida, ocluida y no es
accesible a la acción microbiana, aunque puede estar enriquecida en nitrógeno y carbono
disponible.
Cuadro 4. Distribución del tamaño de agregados y contenidos de
macro materia orgánica en los suelos estudiados.
Suelo |
Tamaño Agregado _1/ |
Macro materia |
|
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
Orgánica, mg |
Sn,Carlos I |
2,23 |
2,11 |
3,9 |
14,27 |
44,3_2/ |
1.832,0bcd _3-4/ |
Sn,Carlos II |
34,10 |
12,57 |
7,62 |
5,08 |
10,99 |
376,0a |
El Pao |
16,69 |
8,96 |
10,24 |
20,95 |
33,87 |
169,2cd |
Tucutunemo |
17,79 |
26,07 |
22,65 |
12,76 |
9,72 |
135,6d |
Arenales |
7,33 |
8,06 |
14,55 |
20,26 |
34,14 |
279,0b |
CENIAP |
13,55 |
8,59 |
9,78 |
8,29 |
33,84 |
260,0bc |
_1/ 1: 2 mm - 5 mm. 2: 850 micra - 2 mm. _2/ Valor promedio 4
replicaciones. 3: 425 micra - 850 micra. _3/ Valor promedio 5 replicaciones. 4: 250 micra
- 425 micra. _4/ Valor con similares letras no se diferencian (P<0,05)5: 75 micra - 250
micra.
En relación a los suelos San Carlos I, CENIAP y El Pao, se apreció
como se observa en el Cuadro 4 que presentan tendencia a tener mayor cantidad de agregados
pequeños contrario de lo observado en el suelo Tucutunemo donde se observa mayor
proporción en los agregados de tamaño intermedio. Aún es necesario establecer relación
entre los contenidos de materia orgánica de cada fracción de agregados y la materia
orgánica del suelo total y entre la materia orgánica de cada fracción y la
disponibilidad de nitrógeno.
En relación a la macro-materia orgánica, los niveles mayores se
encontraron en los suelos San Carlos II, seguido de Arenales, CENIAP, San Carlos I,
observándose los niveles más bajos entre los suelos El Pao y Tucutunemo. Lo antes
señalado parece tener relación con los niveles de materia orgánica del suelo, es decir
a mayor contenido de estos parece existir mayores niveles de macro-materia orgánica del
suelo. En relación a los altos contenidos de macro-materia orgánica en el suelo San
Carlos II, es posible que sea debido a que estos suelos están sembrados con pastizales
desde hace aproximadamente 15 años, permitiendo la acumulación de ésta sobre la
superficie del suelo, sin incorporación en el mismo. Por otra parte, el suelo Arenales ha
sido sometido a la incorporación de residuos orgánicos, incluyendo los residuos de
cosecha, promoviendo el incremento de la macro materia orgánica.
Aunque sólo se trata de un estudio preliminar, se pueden establecer
algunas relaciones funcionales que permitan orientar las investigaciones futuras. En este
sentido, para establecer la relación funcional entre la materia seca producida y del N
extraído en la misma, con las diversas variables de suelo, sólo se empleó la
información de los tratamientos con 0 kg N/ha de manera de evaluar la capacidad de
suministro de nitrógeno del suelo.
En el cuadro 5, se presentan los coeficientes de correlación y la
significancia estadística de las mismas, entre las diferentes variables de suelo
evaluados y entre éstas y la materia seca producida y N total extraído. Se observó que
existe diferencias significativas (P<0,05) entre el N-total extraído y la producción
de materia seca lo que indica que aparentemente no hubo otros factores limitantes en la
producción de esta última. En relación a las correlaciones entre las variables de suelo
y cultivo, es evidente la correlación significativa entre el contenido de nitrógeno
mineral inicial del suelo, extraído en KCl (2M) y el N extraído por el cultivo y la
materia seca producida, el coeficiente de correlación fue 0,851 y 0,844 respectivamente.
Las otras variables no se correlacionaron significativamente con el N total extraído o
materia seca producida, aunque parece existir relación entre éstas especialmente con la
materia orgánica y los contenidos de N mineral 20 días después de incubación.
Cuadro 5. Matriz de correlación entre las diversas variables
evaluadas.
|
N-Total extraido Planta |
Materia seca Producción suelo |
Macro materia orgánica |
N-20 DDS |
N- inicial |
% arcilla |
% materia orgánica |
2 |
- |
0,9947** |
0,4258NS |
0,7597NS |
0,8510* |
0,6685NS |
0,7102NS |
3 |
- |
- |
0,3851NS |
0,7596NS |
0,8443* |
0,6528NS |
0,7063NS |
9 |
- |
- |
- |
0,5456NS |
0,4350NS |
0,7313NS |
0,6495NS |
10 |
- |
- |
- |
- |
0,9495** |
0,9079* |
0,5141NS |
11 |
- |
- |
- |
- |
- |
0,7709NS |
0,4204NS |
14 |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
0,7217NS |
16 |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
_1/ DDS días de incubación. NS no significativo. * Significativo (P£0,05). ** Significativo (P<0.01).
Cuadro 6. Parámetros de los modelos de regresión lineal simple y
múltiple.
Variable incluída en el modelo |
Intercepto |
Coeficiente de regresión |
R2 |
R2 adj |
R Mult. |
Significación de la regresión |
N- Inicial |
0,144307 |
1,3781 e-001 |
0,725 |
0,541 |
0,851 |
0,145 |
Arcilla |
|
2,0629 e-001 |
|
|
|
|
Arcilla |
-0,001182 |
2,1865 e-003 |
0,555 |
0,259 |
0,745 |
0,297 |
% M.O. |
|
6,0957 e-002 |
|
|
|
|
N-20 DDI |
0,011686 |
6,3553 e-001 |
0,716 |
0,527 |
0,846 |
0,151 |
% M.O. |
|
5,5724 e-002 |
|
|
|
|
N-Inicial |
0,147867 |
1,4175 e-003 |
0,724 |
0,655 |
0,851 |
0,032 |
N-20 DDI |
0,143209 |
9,0021 e-001 |
0,577 |
0,471 |
0,760 |
0,080 |
N-20 DDI |
0,159611 |
-5,8115 e-001 |
0,748 |
0,580 |
0,865 |
0,127 |
N-Inicial |
|
2,1932 e-003 |
|
|
|
|
Macro - M.O. |
0,122932 |
-1,5835 e-001 |
0,455 |
0,092 |
0,675 |
0,402 |
Arcilla |
|
5,1568 e-001 |
|
|
|
|
N-Inicial |
0,009990 |
1,1177 e-003 |
0,875 |
0,792 |
0,935 |
0,044 |
% M.O. |
|
5,4903 e-002 |
|
|
|
|
Arcilla |
0,105345 |
4,4905 e-003 |
0,447 |
0,309 |
0,669 |
0,147 |
Materia orgánica |
0,023341 |
9,1089 e-002 |
0,504 |
0,380 |
0,710 |
0,114 |
En el cuadro 6, se presentan los parámetros de los modelos de
Regresión Lineal Simple y Múltiple obtenidos, manteniendo el N extraído por el cultivo
como variable dependiente y las variables de suelo como variables independientes. De los
resultados obtenidos se aprecia que el modelo de regresión que incluye sólo el N mineral
inicial (r2 = 0,724) y el modelo que incluye el N mineral inicial conjuntamente
con la materia orgánica (r2 = 0,875), explican significativamente (P£0,05) el comportamiento del N total extraído.
Conclusiones
De los resultados obtenidos se observó que el cultivo maíz respondió
de manera diferente en cada suelo, a la aplicación de nitrógeno y ello está relacionado
con la capacidad de suministro de nitrógeno por cada suelo.
De las variables evaluadas el contenido de N mineral inicial y la
materia orgánica explican gran parte de la variación del N total extraído por las
plantas. La respuesta del cultivo a la aplicación de nitrógeno fertilizante denotó que
en los suelos donde hubo mayor incremento relativo de materia seca y del N-total
extraído, fue en los suelos con menores contenidos iniciales de N-mineral y materia
orgánica.
Los suelos Arenales y San Carlos II, los cuales presentaron textura
similar y contenidos de materia orgánica más elevados, mostraron comportamiento
diferente en relación a la capacidad de suministro de N y la respuesta a la aplicación
del elemento, denotando que existen diferencias en otras características del suelo que
definen el "status" de disponibilidad del nitrógeno. En este sentido, es
posible que la distribución del tamaño de agregados, esté afectando la superficie de
exposición de la materia orgánica del suelo, afectando su mineralización por la
actividad microbiana y por supuesto, los contenidos de N mineral en el suelo, los cuales
se observaron que eran más elevados en el suelo Arenales, 154 mg kg-1 en
comparación al suelo San Carlos II donde sólo alcanzaron 17,5 mg kg-1
En general, existe evidencia para creer que es posible obtener algunos
parámetros del suelo que permitan determinar la disponibilidad de nitrógeno y establecer
recomendación de fertilizantes nitrogenados, por supuesto, asociado a otros factores de
suelo, clima, condiciones de manejo, etc. En este sentido es conveniente continuar con
estos estudios empleando un mayor número de suelos con diferentes condiciones de materia
orgánica, textura, condiciones de manejo, etc., de diferentes regiones de Venezuela.
Literatura citada
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